martes, 2 de junio de 2009

¿Qué hay después de un… no te quiero?

¿Qué hay después de un… no te quiero?

“La forma de actuar del hombre nunca es predecible, sin embargo las consecuencias de sus acciones si lo son.”
Tania Martínez
Es increíble ver como en pleno siglo XXI con el cúmulo de avances que el hombre ha desarrollado aún hay padecimientos para los que no se ha encontrado cura. Entre los cuales encontramos el tema de la violencia intrafamiliar; un padecimiento social, causante de un sinnúmero de problemas para el individuo que lo vive. A pesar del desarrollo tecnológico, que facilita la vida del hombre, nos damos cuenta de que éste comienza a ser acechado por enfermedades que se encuentran más allá de la experiencia médica, al mencionar la palabra enfermedades, lamento referirme a ciertos problemas sociales que dependen de la moral, ética y educación del hombre. Y entonces me inquieta conocer qué sucede a mí alrededor, por ello emprendí una búsqueda a mi pregunta ¿Cómo afecta en la vida de los jóvenes (de la universidad Iberoamericana Puebla) la violencia intrafamiliar?
Pues bien, charlemos un poco… ¿Quién no ha tenido un héroe? Yo sí y no se trata precisamente de super man o algún otro personaje que haya salido de un comic. Se trata de mi padre, un hombre de carne y hueso con súper poderes, un hombre que cultivó amor y camino a mi lado durante un tiempo en mi vida. Transformaba al enojo en palabras sabias, en consejos invaluables. Sin duda alguna mi ejemplo a seguir.
Pero qué hay de los jóvenes universitarios que emanan energía, sonrisas y sueños, y que de pronto un golpe, o una mala palabra acabe con la imagen del héroe. Que crean que será lo correcto esa manera de actuar en la vida.
Los conflictos en la familia llevan al joven a la necesidad de huir de lo que vive dentro ella. La distracción; una de las mejores maneras para ausentarse de la brutalidad, si, experimentar una sensación de plena libertad, relacionarse con personas que lo entiendan y que no agredan su persona.
Suena genial, ¿no lo crees? Sin embargo nos encontramos en la puerta de un círculo que al parecer no tiene fin.
El abuso de esa libertad trae como consecuencia más violencia. Algunos jóvenes limpian su enojo, creando conflictos con el medio que los rodea, abusando de aquellos que de una u otra forma pintan ciertas actitudes de debilidad.
Violencia, fiestas, más violencia… y dónde queda la educación. El mundo de un joven que sufre de maltrato dentro de su familia, de pronto se contrae, sus pensamientos son inundados por dos cosas; lo que vive y la manera de olvidarlo.
Son muy pocos los jóvenes que se refugian en su educación para olvidar el huracán que se encuentra instalado en su vida. Y es aquí donde aparecen las bajas notas, el desinterés en la universidad y de nuevo más conflictos.
Es interesante observar éste círculo, sin embargo los conflictos en la familia son para muchos jóvenes algo que prefieren ignorar, algo que dejan fuera de la universidad iberoamericana, una enfermedad que cualquiera puede padecer, pero de la que poco se sabe. Y es que el nivel socio económico es una barrera para que el tema suene interesante, las familias se concentran en generar ingresos para el bienestar del joven universitario y dejan de lado el problema. Un foco rojo más que mencionar es la poca información que se tiene del tema, el número de quienes padecen este mal puede ser mayor, sin embargo no conocen lo síntomas y por ende no definen lo que viven como violencia intrafamiliar.
Y es verdad que nunca se nos enseña a ser padres, hermanos o abuelos, sin embargo dejar a la deriva de una tormenta a un ser que comienza a abrirse paso en la vida es un crimen.
No me lastimes
Madre, padre, hermano, si me amas espero recibir de ti una sonrisa, un fuerte abrazo, un beso, un ¡te quiero!
No dejes entrar a mi vida a la soledad, la humillación y el dolor de un golpe.
Haz de mí un hombre fuerte, con sueños, con mesura y necesidad de protección.
Pero sobre todo recuerda siempre que llegar al mundo cuesta nueve meses, para alejarse de él basta una desilusión y para vivir ausente y sin color, sólo es necesario que no me demuestres amor.
Tania Martínez

Autores: Bárbara Díaz, Dimitri Soberanes, Guillermo Mares y Tania Martínez.
Fuentes: Aguilar Plata Marta. (2006). La violencia nuestra de cada día. Ed. Plaza y Valdez. Gonzales Salamea Carlos. (2009). Violencia intrafamiliar. Revisado Abril/29, 2009, en http://www.medicinadefamiliares.cl/Protocolos/violenciaintrafam.pdf

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